
Hace 40 años, Marty McFly, un estudiante de secundaria de 17 años, fue enviado accidentalmente 30 años al pasado en un artilugio inventado por su amigo Doc Brown, con un automóvil deportivo DeLorean.
“Si vas a construir una máquina del tiempo en un auto, ¿por qué no hacerlo con estilo?”, explicó Doc en la película Back to the Future.
La comedia de ciencia ficción, que en Latinoamérica fue titulada “Volver al futuro” o “Vuelta al futuro”, y en España “Regreso al futuro”, fue un éxito rotundo.
Dirigida por Robert Zemeckis y con Steven Spielberg como uno de sus productores ejecutivos, se convirtió en la cinta más taquillera de 1985, y dio lugar a otras dos películas: “Volver al futuro II” (1989) y “Volver al futuro III” (1990).
Todo eso fue un vuelco sorprendente para una historia que estuvo a punto de no llegar a las pantallas nunca, como le contó a la BBC Bob Gale, el coguionista y productor estadounidense.
La idea surgió en el verano de 1980.
“Estaba de regreso en Saint Louis, donde crecí, visitando a mis padres, y recientemente había habido una inundación.
“Mi padre rescató un montón de cosas y las tiró en una caja y me dijo: ‘Mira si hay algo que vale la pena guardar'”.
Encontró el anuario de la escuela secundaria de 1940 de su padre, y como él había ido a la misma escuela, le picó la curiosidad.
“Al hojearlo descubrí que mi padre había sido el presidente de su clase de graduación, y ví que en su foto se veía muy correcto y serio.
“Recordé al presidente de mi clase cuando yo me gradué, un tipo con el que yo no tenía nada que ver.
“Y me pregunté: ¿Si hubiera ido a la escuela secundaria con mi papá, habríamos sido amigos?
“Eso fue como un rayo de inspiración: ‘¡Esa es una película””.

Pero pasarían otros cinco años antes de que los cinéfilos vieran el famoso relámpago en el clímax de Volver al futuro, aquel que manda a Marty McFly, interpretado por Michael J. Fox, al pasado.
Eso a pesar de que Gale ya había colaborado en tres películas con Zemeckis, una de ellas, la comedia “1941” (1979), dirigida por Spielberg, por lo que se habría podido pensar que hacer ese film sería una formalidad.
“Volver al futuro” parece volverse más profunda a medida que pasan los años y lo interesante no es sólo cómo hicimos la película, sino cómo casi no se hizo”.