El presidente Gustavo Petro salió en defensa de los funcionarios y militares señalados en un presunto entramado entre el Gobierno, el Ejército Nacional y las disidencias de las Farc. El mandatario aseguró que las acusaciones son “falsas” y que forman parte de una estrategia para desprestigiar a quienes han denunciado corrupción dentro de las Fuerzas Militares.

Petro respaldó públicamente al general Juan Miguel Huertas, jefe del Comando de Personal del Ejército, y a Wilmar Mejía, director de Inteligencia, afirmando que ambos han sido clave en las investigaciones sobre robo de armas en La Guajira y la creación irregular de compañías de seguridad. “Qué coincidencia que denuncien ahora a quienes vienen revelando la corrupción dentro de la fuerza pública”, manifestó.

El jefe de Estado aseguró que detrás de las revelaciones se encontraría la CIA, a la que señaló como fuente de información “falsa” y “malintencionada”.

Aunque insistió en su confianza hacia los oficiales implicados, el presidente ordenó romper los canales de diálogo entre el Ejército y la Policía y pidió a las agencias de inteligencia hacer públicos sus informes “en un tiempo prudencial”.

“Los lazos entre oficiales del Ejército y la Policía deben cortarse de inmediato. La contrainteligencia es para detectar irregularidades, no para hacer política”, enfatizó Petro, cerrando así uno de los capítulos más tensos en la relación entre el Gobierno y las fuerzas de seguridad en los últimos meses.