El presidente Gustavo Petro dirigió un consejo de ministros donde la evaluación de proyectos dejó paso a un inusual escenario de tensiones públicas y llamados al orden, que evidenciaron fricciones al interior del Gobierno.

La sesión inició con un firme reclamo al embajador Daniel García-Peña. Petro manifestó su preocupación porque el presidente Trump estaría siendo “engañado” por intereses políticos que buscan un conflicto con Colombia. Con tono de urgencia, el mandatario instó a su embajador a llevar un mensaje directo a la Casa Blanca, argumentando que mantener el diálogo es esencial para evitar un daño grave a la población latinoamericana.

El momento de mayor dramatismo se vivió durante el reporte de la ministra de Vivienda, Helga Rivas. Petro, visiblemente molesto, centró sus críticas en el viceministro de Agua, Edward Libreros, a quien acusó de sabotear el régimen tarifario del programa ‘Basura Cero’ por alinearse con los gremios y no con el Gobierno. “Este Gobierno no vino a obedecerle a los gremios”, afirmó Petro antes de destituirlo en directo.

La ministra Rivas, en una inusual defensa pública, no solo respaldó a su viceministro, sino que contraatacó señalando problemas estructurales: un presupuesto raquítico para agua potable, la priorización de fondos para la compra de aviones y, sobre todo, la falta de nombramiento de los comisionados de la CRA, un vacío de tres años que, a su juicio, es la verdadera causa de la paralización de obras clave. La jornada dejó en evidencia los desafíos de coordinación y las pugnas internas que enfrenta la administración Petro.