En el acto que selló su campaña para la consulta del Pacto Histórico, el senador Iván Cepeda no solo se midió con su contrincante, Carolina Corcho, sino también con sus propias palabras del pasado. Ante su audiencia en Bogotá, el precandidato desplegó su visión de un “Acuerdo Nacional” que, en un giro significativo, deja la puerta abierta a una Asamblea Constituyente.
Este planteamiento choca con la sombra de sus declaraciones de hace un año. En octubre de 2024, un Cepeda aún leal pero crítico del Gobierno de Gustavo Petro sentenció: “No estoy de acuerdo en que estemos para eso hoy”, refiriéndose precisamente a una Constituyente. En esa misma intervención, lanzó una crítica que resonó en su cierre de campaña: “No es posible hacer dos cosas al tiempo, ser absolutamente radical… y buscar el acuerdo nacional”.
El cierre de Cepeda parece ser un intento de sintetizar esa contradicción. Ahora propone un “cronograma sin afanes pero sin dilaciones” para un acuerdo que incluya paz, reformas sociales y un nuevo enfoque contra el narcotráfico. Y donde antes veía una distracción, ahora ve un “mecanismo de implementación” viable.
Su discurso final fue, por lo tanto, más que una promesa de futuro; fue un ejercicio de reafirmación y rectificación, un intento de alinear su postura de ayer con la ambición de mañana, en una pulseada tanto con la historia reciente como con el electorado que definirá su destino este 26 de octubre.